Vampiros infectados

A todo el mundo le gustan los vampiros. O a casi todos. Sobre ellos se han escrito auténticos ríos de tinta: los hay atrincherados en su castillo (con cientos de aldeanos con sus antorchas esperándoles), otros se pasan el día combatiendo incansablemente contra hombres-lobo, incluso últimamente hay quien se empeña en convertirlos en adorables gusi-luz que, en lugar de huir de la luz, brillan bajo el sol sin llegar nunca a ponerse morenos. Pero a los vampiros aún les queda cuerda para rato, como intenta explicarnos Justin Cronin en su última novela: EL Pasaje.
Es un libro de vampiros extraño, tanto por la historia como por su forma de narrarla, es casi inclasificable: ¿thriller?, ¿horror?, ¿ciencia ficción?... un poco de todas quizá. En el Pasaje los vampiros son mayoría, son humanos infectados por un virus que el gobierno de EEUU trató de mantener en secreto sin éxito provocando una pandemia "Romeriana". Suena bastante trillado, lo reconozco, pero después de unos primeros compases Hollywoodienses la novela cambia completamente y nos sumerge en un mundo post apocaliptico. En concreto en un pequeño refugio en donde unos pocos supervivientes han logrado mantenerse con vida durante más de 100 años aguantando las embestidas de cientos de hordas de vampiros...¿Cómo? (se preguntará alguien) Estoy convencido que Cronin puede explicarlo mucho mejor que yo así que él os remito...
Si decidís armaros de valor (los vampiros asustan pero las más de 1000 páginas de la novela también un poquito) os encontrareis con una prosa sencilla y bastante ágil a pesar de que en algún momento abuse un poco, según mi humilde opinión, de las metáforas y alguna que otro diálogo superfluo, y sin daros cuenta estaréis recorriendo un pasaje plagado de no-muertos.