1917. El mundo en conflicto. La primera guerra mundial en su apogeo, los submarinos Alemanes con carta blanca para hundir toda embarcación calificada como "enemiga" sin previo aviso, Estados Unidos valorando si vale la pena intervenir en el conflicto para salvar el "culito" de los aliados, mientras en Rusia los bolxeviques concluyen con éxito la primera revolución comunista de la historia. En ese caldo de cultivo, en Berlín, corazón del nazismo, nació un activista a la antigua usanza: Stéphane Hessel. 93 años y por si alguien se lo pregunta aún sigue vivo y no es por que yo lo diga sino porque él mismo se encarga de recordarlo en su último manuscrito: ¡Indignaos!
Son apenas treinta páginas escritas en arial 12 y márgenes generosos. Se puede acabar en media tarde o en una si andamos entretenidos viendo el "sálvame" (aunque su confusión no parece ,así a voz de pronto, excesivamente recomendable).
En este breve manifiesto Stéphane desgrana su visión de la historia desde sus tiempos de activista hasta la fecha (lo cual incluye I y II guerra mundial) extrayendo una conclusión bastante nítida: las cosas no han cambiado tanto, seguimos teniendo motivos de indignación.
El derecho a la indignación reside en de cada individuo y cuando renunciamos a él, en el momento en que pensamos " Yo paso de movidas" una nueva posibilidad para cambiar el mundo muere.
El advenimiento del movimiento de los famosos "Indignados" y la publicación del manuscrito en España tan sólo unos pocos meses antes no es ninguna coincidencia, el texto ha servido como base ideológica, como combustible con el que poner en funcionamiento las conciencias, para demostrar que el ciudadano de a pie tiene mucho que decir, que el ciudadano de a pie es la esencia de la sociedad en la que vivimos. ¿Por qué no debería ser escuchado?(siento alinearte a la derecha) |
Stéphane nos advierte de la dictadura de los mercados, la democracia no merece ser llamada como tal si no viene acompañada de una democracia social y económica ¿De que sirve proclamar a los cuatro vientos mil derechos si sólo unos pocos acumulan todos los recursos que permiten ejercerlos? El autor observa con tristeza como todos los logros conseguidos durante un siglo de lucha activa se van hundiendo en las aguas de la historia en aras del crecimiento, de los beneficios, de una loca carrera por llegar los primeros a ninguna parte...
En el último capítulo Stéphane hace un llamamiento a la insurreción pacífica. Para el autor es aquella que nace cuando al ver un tanque invadiendo tu ciudad decides sentarte frente a él, cuando al enterarte de que tu país va a entrar en guerra decides revelarte, cuando al ser consciente de que pagas la crisis provocada por otros acampas en la plaza de tu ciudad, cuando al acabar un libro que ha removido algo en tu interior lo cierras y sales a la calle.
Joan Tort
No solo nos debemos sentir indignados como una nueva moda,sino como un estado de animo que nos permita afrontar las injusticias que nos rodean....EL sr. sthepan es un indignado inteligente y con mucha experiencia,ya que se dio cuenta que en el mundo algo no andaba bien,pero muchos de los que hoy en dia dicen llamarse "indignados" no se merecen ese calificativo....algo nuevo se remueve y quizas cambie este olor a podrido por algo mucho mejor
ResponderEliminarHey, Joan!
ResponderEliminarmuy bueno este artículo.
Yo me he comprado el libro y es buenísimo. Este tío tiene las ideas muy claras.
se lo recomiendo a todos los jóvenes indignados o pertenecientes a la rebelión jedi de este siglo.
saludos