
Es por esto que me he acostumbrado a llevar a cuestas una libretita de notas, muy sencilla, de color rojo, parecida a la de la foto, siempre acompañada de un boli pilot negro para poder apuntar en ella. Pasando por las páginas hay una amalgama de frases, ideas, nombres de personajes o, simplemente, un título de un relato del cual no tengo ni la idea. Aun no muy extensa, pero va creciendo. Es curioso, me he acostumbrado a salir con ella, yendo al trabajo, saliendo a cenar o de viaje, y, como no, en las reuniones del grupo “Trastornos”. Cada vez que salgo, la preparo y la traslado de un sitio a otro (de la mochila del trabajo a la chaqueta, de la bolsa de playa al bolsillo del pantalón corto…). Hace un par de Sábados me di cuenta que la había olvidado, mientras estaba tomando el café y detrás tenía una pareja hablando en un tono de vez algo más alto que lo habitual. Me pareció terriblemente divertido el diálogo. Cuando llegué a casa fui incapaz de recordar ese par de minutos de conversación que me habían llamado la atención…
Así que, seguiré llevándola, mientras siga teniendo estas ganas de observar, pensar y apuntar. Escribir es sano y entretenido, terapia, medicina o modo de expresar… Lo sabéis ¿verdad?
¡Ánimo!
Queremos un post sobre los dados ya!!
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo, yo siempre llevo una libreta encima.
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